7 de marzo de 2012

La Procesionaria del pino

Procesionaria del pino
Al final del invierno, cuando se suavizan sus bajas temperaturas comienza a aparecer en el suelo la procesionaria del pino, Thaumetopoea pityocampa. Éstos insectos, pasan el invierno en las copas de los árboles, saliendo del nido por la noche para comer las hojas del pino. Los nidos son sedosos, blancos muy característicos y pueden vers en en el monte sobre todo en bosques de pinares aunque también afecta a cedros y abetos. Cada nido puede llegar a albergar entre 60 y 200 orugas. Entre febrero y abril, al final de la fase larvaria, bajan de los árboles buscando el suelo para hacer su capullo enterrado en la tierra. Es cuando podemos apreciar las procesiones como la que vemos en la imagen. En éste estadío resultan sumamente tóxicas y hemos de tener cuidado de pisarlas o agredirles de forma que eliminen al aire sus pelillos urticantes. Lo mismo ocurre con nuestras mascotas. Numerosos perros acuden cada año a las consultas veterinarias con una glositis aguda o inflamación y edema lingual por el contacto con éstos lepidópteros. Al tocar a las orugas o incluso por efecto del viento se desprenden los pelillos clavándose en la piel provocando una gran liberación de histaminas y una reacción inflamatoria aguda. En el hombre la reacción es de urticaria local con enrojecimiento de la piel y prurito. Los perros, al tener el comportamiento de lamido ante cualquier irritación en la piel suelen tener una gravísima reacción en la lengua y mucosa oral. Los gatos por el contrario suelen ser  muy cautelosos con éstos animales y no son frecuentes los problemas de alergia a la procesionaria.
Nido de procesionaria
Los síntomas de un perro que ha entrado en contacto con la procesionaria son de aparición muy rápida y consisten en agitación, correr en círculos, abundante babeo, espuma en la boca y una rápida inflamación de la lengua y los labios.
glositis en el perro
Ante un cuadro así es urgente la visita al veterinario, pero a modo de primeros auxilios es importante lavar la boca si es posible con una manguera de jardín. Mucho cuidado, no debemos intentar frotar para eliminar el origen de la reacción. También podemos enjuagar con agua templada y vinagre para  neutralizar la toxina. Posteriormente y sin perder tiempo habremos de llevar al animal a una consulta veterinaria para iniciar el tratamiento con altas dosis de antiinflamatorios, antibióticos y administrar fluidos endovenosos para conseguir una buena hidratación. El éxito del tratamiento depende de la intensidad de la reacción y del tiempo que tardemos en reaccionar. Cuando desaparece el edema lingual en muchos animales suceden los fenómenos de necrosis en la lengua, la viavilidad del animal dependerá de la cantidad de tejido lingual que pierda y de si la inflamación y edema afectó a laringe y al paladar. Por tanto insistimos en que el factor tiempo es crucial en el tratamiento de ésta alergia.
Como prevención debemos pasear a los perros con correa allí donde hemos descubierto nidos de procesionaria y evitar a toda costa el contacto con la oruga en los paseos por el monte. Si tiene pinos en su jardín vigile la aparición de los nidos para destruirlos tan pronto como sea posible.

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