Procesionaria del pino |
Al
final del invierno, cuando se suavizan sus bajas temperaturas comienza
a aparecer en el suelo la procesionaria del pino, Thaumetopoea
pityocampa. Éstos insectos, pasan el invierno en las copas de los
árboles, saliendo del nido por la noche para comer las hojas del pino.
Los nidos son sedosos, blancos muy característicos y pueden vers en en
el monte sobre todo en bosques de pinares aunque también afecta a cedros
y abetos. Cada nido puede llegar a albergar entre 60 y 200 orugas. Entre febrero
y abril, al final de la fase larvaria, bajan de los árboles buscando el
suelo para hacer su capullo enterrado en la tierra. Es cuando podemos
apreciar las procesiones como la que vemos en la imagen. En éste estadío
resultan sumamente tóxicas y hemos de tener cuidado de pisarlas o
agredirles de forma que eliminen al aire sus pelillos urticantes. Lo
mismo ocurre con nuestras mascotas. Numerosos perros acuden cada año a
las consultas veterinarias con una glositis aguda o inflamación y edema lingual por
el contacto con éstos lepidópteros. Al tocar a las orugas o incluso por efecto del
viento se desprenden los pelillos clavándose en la piel provocando una gran liberación de histaminas y una
reacción inflamatoria aguda. En el hombre la
reacción es de urticaria local con enrojecimiento de la piel y prurito.
Los perros, al tener el comportamiento de lamido ante cualquier irritación en la piel suelen tener una gravísima reacción en la
lengua y mucosa oral. Los gatos por el contrario suelen ser muy
cautelosos con éstos animales y no son frecuentes los problemas de alergia a
la procesionaria.
Nido de procesionaria |
glositis en el perro |
Como
prevención debemos pasear a los perros con correa allí donde hemos descubierto nidos de procesionaria y evitar a toda costa el
contacto con la oruga en los paseos por el monte. Si tiene pinos en su
jardín vigile la aparición de los nidos para destruirlos tan pronto como
sea posible.
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