23 de abril de 2014

De Canis lupus a Canis familiaris (El origen de nuestros perros)



Los perros no siempre han existido como tal, al igual que nosotros los humanos, también descienden de otra especie. Y no es nada nuevo decir que dicha especie es el lobo, pero, ¿cómo y por qué motivo surgieron los perros? ¿Realmente son tan diferentes a sus ancestros?
Seguramente no sabrás que el perro fue el primer animal domesticado y que el origen de esta domesticación, probablemente, es oriental puesto que las razas asiáticas son las más antiguas.
Aunque no se sabe a ciencia cierta, se piensa que todo empezó con el acercamiento de los lobos más atrevidos y dóciles a los humanos buscando restos de comida y, a partir de aquí, intervino la mano del hombre seleccionando a los mejores individuos y cruzándolos con dingos, chacales o coyotes. Así es, aunque principalmente desciendan del lobo, nuestros perros  de hoy en día no tienen un único antepasado.
lobos
Las principales características del comportamiento del lobo que fueron útiles para el hombre y por las que éste seleccionaba a los mejores individuos eran: su conducta social jerárquica, la caza en grupo y su territorialidad. De esta manera, el hombre buscaba un compañero dócil que le admitiera como líder, que le ayudase conjuntamente en la caza consiguiendo que ésta fuese más eficaz y que actuase de guarda defendiendo su territorio de extraños.
La domesticación conllevó bastantes cambios de conducta que diferencian a los perros de los lobos, por ejemplo presentan  menor reactividad ante estímulos estresantes, es decir, se estresan menos, menor conducta depredadora ya que se le proporciona alimento constante o mayor ladrido para avisar al hombre, característica que en los lobos sería contraproducente pues ahuyentarían a sus presas.
Sin embargo, a pesar de dichos cambios, aún existe una importante similitud comportamental con los lobos. Y es que comparten un semejante lenguaje ritualizado. ¿Y esto qué quiere decir? Existen tres formas de comunicación: auditiva, olfativa y visual. Esta última es más importante en estas especies que en los humanos. La comunicación visual se basa en una serie de cambios posturales y expresiones faciales con las que el emisor comunica diferentes emociones (miedo, agresividad, sumisión, ganas de juego) a su receptor. Este “lenguaje ritualizado” consiste en esto, expresar ciertos estados emocionales con una serie determinada de variaciones posturales y expresiones faciales.
juego del Canis familiaris
¿Y por qué y a quién necesitan comunicar sus emociones? Tanto los lobos como los perros son animales sociales, pueden formar grupos estables, forman jerarquías y por tanto es primordial la comunicación con los demás individuos de su alrededor para, por ejemplo, evitar conflictos innecesarios o indicarle al otro que quiere jugar. Nuestros perros además, no solo se comunican de esta forma visual con los de su especie sino también con nosotros los humanos. Por eso, es importante observar y entender qué nos están diciendo con sus posturas nuestras mascotas. Pongamos algunos ejemplos del significado de ciertas posturas en un contexto hostil:
-Postura ofensiva: cola alta, rigidez corporal, orejas erectas, extremidades extendidas, mirada fija al frente, enseña de manera gradual los dientes…etc. Esta postura, como su propio nombre indica, es de agresividad, el animal está dispuesto a atacar, no hay miedo.
-Postura defensiva: cola entre las piernas, cuerpo flexionado, orejas bajas, mirada ladeada, extremidades flexionadas…etc. Con esta postura indica que no quiere conflicto, aunque puede que lo haya pues tiene miedo. Es importante distinguir bien esta postura de la anterior, cuando el perro nos muestra los dientes tendemos rápidamente a etiquetarlo de manera errónea como agresivo o dominante sin tener en cuenta los demás aspectos de su postura que nos pueden estar indicando que lo que está ocurriendo le da miedo y que él prefiere no atacar, pero si no hay otra opción como huir, lo hará.
-Sumisión en decúbito: Tumbado boca arriba exponiendo las zonas más vulnerables del cuerpo como es el abdomen. Esta postura es “apaciguadora”, es decir, intenta apaciguar  al otro, que no haya enfrentamiento. Ésta es la posición típica que adoptan cuando les regañamos y con ella nos quieren comunicar que no desean un conflicto, pretenden tranquilizarnos. Por eso cuando insistimos continuadamente con nuestra regañina a pesar de ver su actitud de sumisión  podemos crearle frustración a nuestro animal y puede llegar a atacarnos por el miedo que le causamos con nuestro enfado.
Asimismo, nuestras posturas y expresiones faciales también les transmiten información a nuestras mascotas. Son capaces de distinguir cambios de expresión en el rostro de una persona mejor que otro ser humano.
Además de la comunicación visual, la olfativa también es muy importante en los perros. Son muchas las funciones de las diferentes feromonas que secretan, como por ejemplo marcaje territorial, señales de alarma, apaciguadora, reconocimiento individual, reconocimiento de hembras en celo, familiaridad con los objetos…etc. Por eso, es importante cuando les presentemos algo nuevo permitirles que lo huelan, dejarles que olfateen a sus anchas, que exploren durante el paseo, esto les estimula y contribuye a su bienestar.
Canis lupus
 Quizás te preguntes ¿nace ya un perro con todo esto aprendido?  La conducta es el resultado de la suma del genotipo más el ambiente, es decir, no todo va “grabado” en sus genes sino que influye de manera crucial el ambiente en el que vive y, sobre todo, en el que ha crecido el animal. Durante el crecimiento, tanto en lobos como en perros, existe una fase esencial para la futura conducta del animal que se denomina periodo de socialización y que en nuestras mascotas va desde la 3ª-4ª semana de vida hasta la 12ª-16ª semana (depende del individuo pues no todos tienen la misma velocidad de desarrollo). Durante esta fase el perro aprende a relacionarse con individuos tanto de su especie como de otra diferente,  aprende el significado de las diferentes posturas, se habitúa a diferentes estímulos a los que posteriormente no les tendrá miedo. En la naturaleza, la madre y los demás adultos de la manada ejercen un papel principal en el aprendizaje de los cachorros. Pero ¿qué pasa cuando adoptamos a un perrito antes de que comience este periodo? Todo aquello con lo que nuestra mascota tenga que convivir de adulto debemos mostrárselo en esta etapa como por ejemplo niños, personas mayores, ambientes ruidosos, tormentas, cohetes, luces, individuos de otras especies…. Etc. De esta forma, no serán nada nuevo para el animal y por tanto no les tendrá miedo. Además, debemos permitirles el contacto con otros perros, preferiblemente adultos (que estén vacunados y de nuestra total confianza), no debemos sobreprotegerlos pues éstos les van a enseñar dónde están los límites, aprenderán de ellos este lenguaje corporal, tolerarán la presencia de otros perros sin miedo y les reconocerán como de su propia especie.
Un último aspecto a destacar es que, al igual que en las manadas de lobos, cuando conviven un grupo de perros juntos existe cierta jerarquía entre ellos. Sin embargo, entre nuestras mascotas dicha jerarquía no es tan pronunciada ni lineal como en los lobos. Pero es suficiente como para que cada uno tenga un rol en el grupo y que nosotros con nuestro “trato democrático” les podamos confundir y ser la causa de algún que otro problema de convivencia. Por eso, una vez más, debemos ser observadores para entender a nuestros canes pues, aunque no hablen nuestro idioma, tienen mucho que decirnos.

Inés López, veterinaria
NaturVets

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