Los perros no siempre han
existido como tal, al igual que nosotros los humanos, también descienden de
otra especie. Y no es nada nuevo decir que dicha especie es el lobo, pero,
¿cómo y por qué motivo surgieron los perros? ¿Realmente son tan diferentes a
sus ancestros?
Seguramente no sabrás que el
perro fue el primer animal domesticado y que el origen de esta domesticación,
probablemente, es oriental puesto que las razas asiáticas son las más antiguas.
Aunque no se sabe a ciencia
cierta, se piensa que todo empezó con el acercamiento de los lobos más
atrevidos y dóciles a los humanos buscando restos de comida y, a partir de
aquí, intervino la mano del hombre seleccionando a los mejores individuos y
cruzándolos con dingos, chacales o coyotes. Así es, aunque principalmente
desciendan del lobo, nuestros perros de
hoy en día no tienen un único antepasado.
lobos |
Las principales características
del comportamiento del lobo que fueron útiles para el hombre y por las que éste
seleccionaba a los mejores individuos eran: su conducta social jerárquica, la
caza en grupo y su territorialidad. De esta manera, el hombre buscaba un
compañero dócil que le admitiera como líder, que le ayudase conjuntamente en la
caza consiguiendo que ésta fuese más eficaz y que actuase de guarda defendiendo
su territorio de extraños.
La domesticación conllevó
bastantes cambios de conducta que diferencian a los perros de los lobos, por
ejemplo presentan menor reactividad ante
estímulos estresantes, es decir, se estresan menos, menor conducta depredadora
ya que se le proporciona alimento constante o mayor ladrido para avisar al
hombre, característica que en los lobos sería contraproducente pues
ahuyentarían a sus presas.
Sin embargo, a pesar de dichos
cambios, aún existe una importante similitud comportamental con los lobos. Y es
que comparten un semejante lenguaje ritualizado. ¿Y esto qué quiere decir?
Existen tres formas de comunicación: auditiva, olfativa y visual. Esta última
es más importante en estas especies que en los humanos. La comunicación visual
se basa en una serie de cambios posturales y expresiones faciales con las que
el emisor comunica diferentes emociones (miedo, agresividad, sumisión, ganas de
juego) a su receptor. Este “lenguaje ritualizado” consiste en esto, expresar
ciertos estados emocionales con una serie determinada de variaciones posturales
y expresiones faciales.
juego del Canis familiaris |
¿Y por qué y a quién necesitan
comunicar sus emociones? Tanto los lobos como los perros son animales sociales,
pueden formar grupos estables, forman jerarquías y por tanto es primordial la
comunicación con los demás individuos de su alrededor para, por ejemplo, evitar
conflictos innecesarios o indicarle al otro que quiere jugar. Nuestros perros
además, no solo se comunican de esta forma visual con los de su especie sino
también con nosotros los humanos. Por eso, es importante observar y entender
qué nos están diciendo con sus posturas nuestras mascotas. Pongamos algunos
ejemplos del significado de ciertas posturas en un contexto hostil:
-Postura ofensiva: cola alta,
rigidez corporal, orejas erectas, extremidades extendidas, mirada fija al
frente, enseña de manera gradual los dientes…etc. Esta postura, como su propio
nombre indica, es de agresividad, el animal está dispuesto a atacar, no hay
miedo.
-Postura defensiva: cola entre
las piernas, cuerpo flexionado, orejas bajas, mirada ladeada, extremidades
flexionadas…etc. Con esta postura indica que no quiere conflicto, aunque puede
que lo haya pues tiene miedo. Es importante distinguir bien esta postura de la
anterior, cuando el perro nos muestra los dientes tendemos rápidamente a
etiquetarlo de manera errónea como agresivo o dominante sin tener en cuenta los
demás aspectos de su postura que nos pueden estar indicando que lo que está
ocurriendo le da miedo y que él prefiere no atacar, pero si no hay otra opción
como huir, lo hará.
-Sumisión en decúbito: Tumbado
boca arriba exponiendo las zonas más vulnerables del cuerpo como es el abdomen.
Esta postura es “apaciguadora”, es decir, intenta apaciguar al otro, que no haya enfrentamiento. Ésta es
la posición típica que adoptan cuando les regañamos y con ella nos quieren
comunicar que no desean un conflicto, pretenden tranquilizarnos. Por eso cuando
insistimos continuadamente con nuestra regañina a pesar de ver su actitud de
sumisión podemos crearle frustración a nuestro
animal y puede llegar a atacarnos por el miedo que le causamos con nuestro
enfado.
Asimismo, nuestras posturas y
expresiones faciales también les transmiten información a nuestras mascotas.
Son capaces de distinguir cambios de expresión en el rostro de una persona
mejor que otro ser humano.
Además de la comunicación visual,
la olfativa también es muy importante en los perros. Son muchas las funciones
de las diferentes feromonas que secretan, como por ejemplo marcaje territorial,
señales de alarma, apaciguadora, reconocimiento individual, reconocimiento de
hembras en celo, familiaridad con los objetos…etc. Por eso, es importante
cuando les presentemos algo nuevo permitirles que lo huelan, dejarles que
olfateen a sus anchas, que exploren durante el paseo, esto les estimula y
contribuye a su bienestar.
Canis lupus |
Quizás te preguntes ¿nace ya un perro con todo
esto aprendido? La conducta es el
resultado de la suma del genotipo más el ambiente, es decir, no todo va
“grabado” en sus genes sino que influye de manera crucial el ambiente en el que
vive y, sobre todo, en el que ha crecido el animal. Durante el crecimiento,
tanto en lobos como en perros, existe una fase esencial para la futura conducta
del animal que se denomina periodo de socialización y que en nuestras mascotas
va desde la 3ª-4ª semana de vida hasta la 12ª-16ª semana (depende del individuo
pues no todos tienen la misma velocidad de desarrollo). Durante esta fase el
perro aprende a relacionarse con individuos tanto de su especie como de otra diferente, aprende el significado de las diferentes
posturas, se habitúa a diferentes estímulos a los que posteriormente no les
tendrá miedo. En la naturaleza, la madre y los demás adultos de la manada ejercen
un papel principal en el aprendizaje de los cachorros. Pero ¿qué pasa cuando
adoptamos a un perrito antes de que comience este periodo? Todo aquello con lo
que nuestra mascota tenga que convivir de adulto debemos mostrárselo en esta
etapa como por ejemplo niños, personas mayores, ambientes ruidosos, tormentas,
cohetes, luces, individuos de otras especies…. Etc. De esta forma, no serán
nada nuevo para el animal y por tanto no les tendrá miedo. Además, debemos
permitirles el contacto con otros perros, preferiblemente adultos (que estén
vacunados y de nuestra total confianza), no debemos sobreprotegerlos pues éstos
les van a enseñar dónde están los límites, aprenderán de ellos este lenguaje
corporal, tolerarán la presencia de otros perros sin miedo y les reconocerán
como de su propia especie.
Un último aspecto a destacar es
que, al igual que en las manadas de lobos, cuando conviven un grupo de perros
juntos existe cierta jerarquía entre ellos. Sin embargo, entre nuestras
mascotas dicha jerarquía no es tan pronunciada ni lineal como en los lobos.
Pero es suficiente como para que cada uno tenga un rol en el grupo y que
nosotros con nuestro “trato democrático” les podamos confundir y ser la causa
de algún que otro problema de convivencia. Por eso, una vez más, debemos ser
observadores para entender a nuestros canes pues, aunque no hablen nuestro
idioma, tienen mucho que decirnos.
Inés López, veterinaria
NaturVets
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